sábado, 29 de marzo de 2008

ORIGEN DE LA ASOCIACIÓN por Noemí Atamoros

La Asociación de Escritores Tirant lo Blanc se integró al calor de la amistad en 2003 con representantes de diversas profesiones unidos por el amor a la literatura, y a instancia de los escritores Blanca Martínez y Jorge Vadillo,
Algunos ya tenían premios por publicaciones de novelas, cuentos y libros de investigación pero otros, a pesar de su experiencia en otras ramas de la escritura, incursionaban por primera vez en la creación de cuento.
Sin embargo, la magia de la amistad hizo la unión y el logro de doce libros publicados hasta ahora, con la buena suerte de tener como refugio a una institución cultural tan prestigiada como es el Orfeó Catalá de México, A.C..
Su antecedente es un concurso anual de narrativa propuesto en 2001 por la escritora Blanca Martínez al Orfeó de cuya mesa directiva formaba parte.
Así se estableció el Premio de Narrativa Breve Tirant lo Blanc al que cada año convoca esta institución cultural, dirigida desde 1998 con gran éxito por el ingeniero Xavier Torroja i Sabater.
Tirant lo Blanc es el héroe de un famoso libro de caballería, “el mejor libro del mundo, según califican esos decididos personajes, el cura y el barbero, que en la paradigmática novela de Cervantes, se dedican con gran entusiasmo a la quema de libros para salvar la salud mental de don Quijote”.
Muchos han sido los escritores concursantes en castellano y catalán, ganadores de los premios ofrecidos en metálico, entre ellos el ingeniero Jorge Martín Vadillo quien por tres años consecutivos se llevó el primer lugar.
Fue entonces cuando él y Blanca Martínez propusieron a sus compañeros reunirse en la asociación de escritores Tirant lo Blanc..
Los escritores se integraron por espacio de doce meses en un taller bajo el cuidado de la reconocida pintora y maestra Laura Elenes y ahora siguen con la maestra Anel Ávila en la búsqueda de los inquietantes mundos de la imaginación. Esto pronto dio frutos porque también ese era el propósito, lograr publicar los cuentos escritos con el esfuerzo de todos.
En julio de 2003 salió una breve antología de cuentos cortos, “Arco Iris”. Para septiembre de ese año se inició con “Azul”, una serie de siete libros, uno para cada color del Arco Iris. “Rojo” en enero del 2004, “Verde” en julio del mismo año, “Amarillo” en diciembre, “Anaranjado” en mayo del 2005, “Azul Añil” en noviembre y “Violeta” en mayo de 2006.
Enseguida se comenzó la serie de las “Estaciones” formada por “Verano” en septiembre de 2006; “Otoño” en noviembre de 2006; “Invierno” en marzo de 2007 y “Primavera” en octubre de 2007. En éste año presentaremos la serie de los cuatro elementos, tierra, fuego, agua y aire.
La asociación cuya sede es el Orfeó Catalá de Méxic ha recibido en cada publicación un valioso apoyo de esta institución para el formato de los volúmenes mientras los escritores financian la impresión de los mismos. También tienen la colaboración de una bella dama, quién bajo el seudónimo de Crisenric, nos ha regalado hermosas portadas, además de sus escritos.
De esta manera la Asociación ha seguido adelante con el esfuerzo, el entusiasmo y la ilusión de sus integrantes a quienes se han sumado muchos más del Estado de Baja California a cargo del escritor Joaquín Martínez Torres, y para la siguiente publicación tendremos la valiosa colaboración de un grupo de escritores veracruzanos agrupados por el escritor José Manuel Romero.
La mesa directiva está conformada por el presidente honorario ingeniero Xavier Torroja i Sabater; director del Orfeó Catalá de Mexico; presidente ingeniero Jorge M. Vadillo Velasco; vicepresidenta Noemí Atamoros Zeller; secretaria de actas y acuerdos, Laura Flores de Gali; secretaria de organización Esther Vázquez Ramos; directora de Delegaciones Estatales, Mercedes Martínez Torres.
Los integrantes son, además de los arriba mencionados, Blanca Mart, Martha Salas Adame, Emma Rueda Ramírez, José Romero Salgado, Margarita Ramírez, Rosa Margot Ochoa, Xochitl Moncada, Isabel Medrano Pérez, Nat Matius, Rosalina Jiménez Ávalos, Elia Cárdenas S., Peggy Bonilla Castañeda, Anel Ávila, Marta Aragón R., Emilia Villavicencio Flores y Ernesto Burgoin Peña. A éstos se integran los escritores veracruzanos Alicia Flores, Ariosto Uriel Hernández y Luis Manuel Villegas.
En nuestra memoria perdura el recuerdo de la maestra y pintora Laura Elenes y el escritor Rafael Padilla.

lunes, 24 de marzo de 2008

EL INFINITO VIAJAR


Es un lugar común decir que la realidad supera la ficción, como lo es también anunciar el fin de la novela, o que la novela clásica debe morir y dar paso a otra forma de escribirla, como se discute actualmente. Hace tiempo en México, un político de provincia, ante los posibles candidatos a presidente expresó; “la caballada está flaca”. Hoy reviso el panorama de la novela y desde mi modesto punto de vista tengo que decir lo mismo.
Las novedades editoriales dedicadas a la novela hoy en día, son bastante reducidas y los autores se reducen a un mínimo de nombres a los cuales seguir, de manera ciega Así tenemos que hay que comprar el nuevo libro de Haruki Murakami, de Paul Auster, de Vila-Matas, de Michel Houellebecq, Amélie Nothomb, Ian McEwan etc. Creo que la riqueza de la novela está precisamente en la pluralidad y riqueza de escritores y hoy en día no la encuentro. Todo se reduce a unos cuantos y aún así, hay cada decepción, como la que acabo de sufrir con El diario de golondrina de Amélie Nathomb. Y no tengo intenciones de sumergirme con dos personajes en una noche de bodas en Chesil Beach de McEwan.
Quizás por ello, ahora cultivo la lectura de algunos de esos novelistas pero en su faceta de ensayistas o de relatos de viaje, notas breves, impresiones etc. Hoy encuentro más interesante leer a Thomas Mann con su Viaje por mar con Don Quijote, o Travesías de Antonio Muñoz Molina, a Michel Tournier y sus Celebraciones, a Ryszard Kapuscinski con sus reportajes de Africa, John Dos Passos y su viaje en el Orient Express, Javier Marías y Juan José Millás, con sus aportaciones periodísticas y, ni hablar de aquellos que hacen suya la realidad y la ficción como W.G. Sebald, o Sergio Pitol en El Viaje, o Vila-Matas en El viento ligero en Parma y John Berger con su trilogía sobre la tierra francesa. Y por supuesto ese bello y revelador libro que es Medianoche en Sicilia de Peter Robb. O a Claudio Magris en sus bellos ensayos de El tallo entre las piedras. Incluso a Alessandro Baricco en su arriesgada tesis de Los bárbaros.
Por supuesto que sigo leyendo novela, pero encuentro más recompensa y satisfacción en otros géneros. Seguro que me pierdo de algunas cosas y exagero, pero hoy es más rica la realidad que la ficción y, si quien la escribe es novelista pues mejor.
El infinito viajar de Claudio Magris incluye un prefacio donde contrapone dos formas de entender el viaje en nuestra cultura. La clásica del viaje circular que implica el retorno final, y la moderna, en donde el viaje es rectilíneo y la meta no es otra que la muerte, vista desde la óptica de vivir, viajar y escribir, como el origen de una nueva forma de literatura donde se entremezclan el relato, ensayo y libro de viajes. Esta manera de ver la literatura es la que hoy predomina en mi lectura y, espero que en mi escritura se refleje también.

MAR DE LETRAS y otros naufragios